Hoy empieza en Showtime la quinta temporada de Weeds y estoy que no puedo reprimir las ganas de ver cómo han resuelto uno de los mayores mayores WTF/OMG cliffhangers que he visto jamás en ninguna serie.
Weeds es una serie prácticamente desconocida en España, y tampoco es que haya tenido mucho tirón en USA, y es una pena, porque es de las mejores series que he visto. De hecho, se disputa mi podio particular con Pushing Daisies, ahí es nada. En sólo 25 minutos (que es lo que dura cada capítulo), puede hacerte reir, emocionarte, dejarte helado con la dureza de algunos temas, odiar y amar a los personajes... un carrusel de emociones que, desde lugo, no deja indiferente.
Yo empecé a verla casi de casualidad, quizás porque había oído hablar de ella casi de pasada y porque estaba en una época de parón, creo que durante la famosa huelga de guionistas, y decidí probar a ver qué tal. Desde el primer momento me sentí enganchada y fascinada por un universo poblado de personajes extravagantes y dispares pero a la vez muy reales. Ahora que lo pienso, me doy cuenta de que las series que más me han gustado son las que he pensado a ver casi sin pretenderlo, y me han sorprendido al encontrar joyas que no esperaba, supongo que en eso reside parte de su encanto.
El punto de partida es muy simple, Nancy Botwin vive con su familia en el típico barrio residencial americana de clase media-alta, pero cuando muere su marido repentinamente, se encuentra con un montón de deudas y con dos hijos (Shane y Silas) que mantener. Así que decide empezar a vender hierba a sus vecinos, con lo que la serie se convierte en una ácida crítica a la moralista sociedad americana, más preocupada por la imagen que por los verdaderos principios creando así una caótica locura que, sorprendentemente, funciona con una precisión milimétrica.
Pero una gran parte del encanto de esta serie la tienen los secundarios, todos tan imperfectos que puedes odiarles para adorarles al segundo siguiente y que permite que la serie tenga esa dinámica y profundidad que la hace tan interesante. Sobre todo, destacar el papel del niño pequeño, Shane (Alexander Would), el típico (o quizás no tanto) "weirdo", que se sale en cada temporada y a veces parece el más cuerdo de todos los que pueblan esta serie.
No os perdáis esta serie, al menos dadle una oportunidad porque la merece, es la única serie que he visto que, cuando crees que no puede mejorar y que los guionistas no van a encontrar una salida o vía de continuación que permita seguir la trayectoria ascendente de la serie, se sacan de la manga una idea genial que da un giro a la situación y permite que siga siendo algo maravillos.
Por cierto, atención a los títulos de crédito de esta serie, de lo más apropiados. En la segunda y tercera temporada, la canción era versionada en cada capítulo por un cantante diferente, aquí os dejo la de Elvis Costello, pero también hay de Regina Spektor, Death Cab for Cutie, Linkin' Park y muchos más...
Bienvenidos a Agrestic. Bienvenidos a Weeds.
Goomer en la Feria del Libro de Cádiz 2022
Hace 2 años
0 comentarios:
Publicar un comentario