martes, 9 de junio de 2009

Un jardín en Badalpur



Este libro es un libro de princesas y de jardines, de princesas indias, para ser más concretos, pero no penséis que es como el cuento de las mil y una noches, porque nada más lejos de la realidad de este libro que, por otro lado, es una historia real, un cuento de princesas verdaderas que buscan encontrarse y descubrir quiénes son en un mundo totalmente hostil.

Y este es el planteamiento de “Un jardín en Badalpur”, libro autobiográfico y segunda de “De parte de la princesa muerta”, en cuyo epílogo escribía su autora, Kenizé Mourad: "Así termina la historia de mi madre... Poco tiempo después de su muerte, un visitante se presentó en el consulado de Suiza. Era Orhan, el primo de Selma. En su tarjeta de visita había escrito simplemente 'De parte de la princesa muerta'... Avisado por vía diplomática, el rajá supo que tenía una hija. Como las comunicaciones entre la India, colonia inglesa, y la Francia ocupada estaban interrumpidas no pudo hacerla volver a Badalpur. Fue mucho después de la guerra cuando se encontraron. Pero esa es otra historia".

Al cabo de diez años la autora nos ofrece esa otra historia: Un jardín en Badalpur. En este libro Kenizé Mourad, nos cuenta su crecimiento personal a través del largo silencio que le acompañó en el peregrinar de su infancia y de su juventud hasta el reencuentro con su familia de origen.

Criada como católica, esta hija de un rajá musulmán de la India y una princesa turca, sobrevive en el París de posguerra entre las tres familias adoptivas por las que pasó y que sembraron la duda sobre su verdadero origen.

A los dieciocho años conoce la identidad de su padre y empieza a gestar en su mente la idea de un viaje. Un viaje sin retorno pues es el del crecimiento y descubrimiento del mundo al que pertenece. Pero Occidente ya ha dejado su huella sobre su carácter y el deseo de conocer al padre y al país de origen, se torna en temores que acabarán confirmándose en un terrible hecho que cambiará para siempre la visión idílica que tenía de su padre.

Así, el libro narra profusamente el conflicto bélico entre Pakistán y la India, la fisura que causa la independencia del primer país; la lucha de castas, el fanatismo que confronta a indúes, sijs y musulmanes, en un país a borde de la guerra civil y la muerte.

Dentro de su familia, se enfrenta a uno de sus hermanos, el preferido de su padre, por el inmenso egoísmo y materialismo que le caracteriza. Kenizé no desea ninguna fortuna ni herencia, sólo un pequeño jardín en la ciudad de Badalpur, “el jardín de la sultana”, que su padre había regalado a su madre y que ella ansía como único trozo de tierra propio en el mundo, si bien al final se lo cede a un hermano deficiente mental.

Este jardín representa, tanto para ella como para cada uno de nosotros, la confirmación de la independencia y la afirmación como persona, como mujer libre en una sociedad represora de la mujer y en la que la organización de castas y de roles sociales está tan fuertemente estructurada, que no se le permite a ninguna mujer tener su propia individualidad y guiar su vida al margen de las decisiones de su familia. Por eso, el enfrentarse a su familia y luchar por este jardín, símbolo de tantas cosas, supone su lucha frente a todas esas costumbres que ella, educada en occidente, considera totalmente injustas.

Mourad demuestra en este libro pluma exquisita, propia de una princesa, y "atrapa" al lector en ambos casos. Bello, humano, crudo, fascinante y doliente...

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