Todos sabemos quiénes somos. O, al menos, sabemos lo que nos han dicho, y lo que nos han enseñado. Y por eso todos sabemos que lo que somos viene en nuestros genes, y ellos son los que determinan qué somos, cómo somos o por qué somos... o eso nos han dicho... porque... ¿qué pasaría si no eso no fuera así? ¿si los genes se equivocaran? ¿si ni siquiera ellos mismos supieran lo que somos?.
Eso no puede pasar, pensaría la mayoría de la gente. Pero sí puede pasar, y de hecho, pasa, y esa es la historia de Calíope, o de Cal, no lo tenemos muy claro, a quien Jeffrey Eugenides da vida con gran maestría en Middlesex, libro al que podríamos calificar como una moderna historia épica que nos lleva desde Grecia hasta Estados Unidos y muestra cómo un gen travieso que se ha ido transmitiendo desde los antepasados, hace que Calíope no sea ni hombre, ni mujer, ni todo lo contrario.
Middlesex no es sólo un condado de Inglaterra, Middlesex también es, literalmente, el “sexo medio”, es decir, ni hombre ni mujer, ni en un mundo ni en otro, sino en tierra de nadie, dónde más difícil es descubrir quiénes somos y qué queremos, pero es necesario hacerlo para encontrar nuestro lugar en la sociedad y en el mundo. Y eso es lo que Calíope, nuestra protagonista, intenta hacer a lo largo de todo el libro, que no es sólo una intensa búsqueda personal por definirse dentro de un mundo que da la espalda a lo desconocido. Middlesex también es un retrato histórico de Grecia y su invasión por los turcos, del crecimiento y las crisis económicas, de los inmigrantes que llegaron a EEUU a principios de siglo, de los disturbios raciales, y, de una manera más íntima, del descubrimiento de los amores prohibidos, la pérdida de la inocencia, los estudios de identidad sexual... en definitiva, la búsqueda de la felicidad.
Personalmente, Middlesex me parece uno de los mejores libros y más desconocidos para el gran público existentes en todo el panorama literario. El premio Pulitzer que recibio en 2003 es más que justo y merecido, sin duda, para una gran obra. Y esto es así porque Middlesex aúna los ingredientes que hacen que una novela merezca la pena. Por un lado, la belleza de su lenguaje, ya que su autor ha conseguido unir las palabras de forma que suenen sugerentes y evocadoras. También el mantenimiento de una intriga que te hace no poder parar de leer hasta saber qué pasa después. Y los protagonistas, que se te meten hasta dentro hasta hablarte directamente y, aunque estén sobre el papel, son personas de carne y hueso a las que comprendes y a las que, de alguna manera, llegas a amar.
Calíope consigue descubrir quién es y ser feliz con lo que es, que, al fin y al cabo, es lo que todos y cada uno de nosotros queremos. Por eso esta novela es tan especial.
Y, para terminar, aquí os dejo un pequeño fragmento de la novela, para abrir boca...
"Nací dos veces: fui niña primero, en un increíble día sin niebla tóxica de Detroit, en enero de 1960; y chico después, en una sala de urgencias cerca de Petoskey, Michigan, en agosto de 1974”.
P.D.: Hoy estoy en plan revival... y los recuerdos me han llevado a esta canción (que una también tiene su lado malote xDDD)...
Goomer en la Feria del Libro de Cádiz 2022
Hace 2 años
2 comentarios:
¡¡Me lo apunto!!
Hola, soy una chica que vivía en Murcia y ahora en Madrid y buscando fotos de Murcia para la presentación de mi tesina he dado con tu blog, una parte de mi trabajo va sobre lo de "Murcia no-typical"
Un blog muy chulo. Un saludo.
Hola!
Espero que las fotos te hayan servido para lo que buscabas, la mayoría las he encontrado por internet, menos la última, que la hice yo con el móvil... mucha suerte con la tesina!!!!
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